Declaración oficial

Mensaje de Pascua de la Primera Presidencia - abril 2019

  

“¡Ha resucitado!” (Mateo 28: 6) Este es el mensaje glorioso de la Pascua y un gran recordatorio de la victoria de Jesucristo, el Hijo de Dios.


El Salvador resucitó, como todos lo seremos. Él sufrió para poder socorrernos en todas nuestras pruebas. Él pagó el rescate por nosotros como hijos del Padre Celestial para que podamos ser liberados de la muerte y del pecado.

La "esperanza viva" (1 Pedro 1: 3) que nos da la resurrección es nuestra convicción de que la muerte no es la conclusión, sino un paso necesario de la mortalidad a la inmortalidad. Todos debemos alabar a Dios por la resurrección segura que hace que nuestras separaciones mortales sean temporales y que nos den la esperanza y la fortaleza para continuar.

Damos gracias a Dios por su Hijo, por su misión en la mortalidad y por su ministerio como el Señor resucitado. Testificamos que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Él es nuestro Creador, Salvador y Redentor, defensor del Padre y Libertador. Un día regresará para gobernar y reinar como Rey de reyes y Señor de señores.

                  

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